Historia

La primera referencia documental sobre Navalagamella se encuentra en el Libro de la Montería de Alfonso XI de Castilla, en donde se menciona la presencia de un cerro o atalaya, actualmente desaparecida, conocida como “La Torrecilla” o el “Alto del Castillo”. Los diversos restos arqueológicos de época medieval encontrados en la localidad, han permitido constatar su existencia en esa etapa histórica.  Según una leyenda recogida en las Respuestas de Lorenzana, habría existido en Los Degollados un convento de la Orden del Temple en donde fueron asesinados varios caballeros templarios. Aunque no se conservan restos que permitan comprobar la veracidad de esos hechos, se pudo estar localizado en las proximidades de la Ermita de San Miguel.

En 1302 Navalagemalla quedó  incluida en el Sexmo de Casarrubios, dentro de la Comunidad de la Ciudad y Tierra de Segovia, debido a que la repoblación de la zona fue llevad a cabo por caballeros segovianos. En el siglo XV, y a consecuencia de la milagrosa aparición del Arcángel San Miguel a un pastor, se procederá a construir una ermita en su honor. Durante el siglo siguiente, varios vecinos de la localidad se embarcaron hacia América en busca de fortuna, destacando nombres como los de García Sánchez de Bañares y Juan García de Montoya, uno de los fundadores de Santa Fé  y gobernador de Nuevo México.

El comienzo de la construcción del Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial en 1563 aportó gran prosperidad a Navalagamella en la cual intervinieron canteros de la localidad. La presencia de varios molinos de cubo en su término, hizo pensar a los vecinos en la posibilidad de suministrar harina, así como otros productos y servicios, a toda la comarca, pero la acusada estacionalidad de los arroyos tan solo permitió la molienda durante el invierno.

El 19 de mayo de 1626, Navalagamella obtuvo el título de villa tras acogerse a unas disposiciones promulgadas por Felipe IV y satisfacer el pago de 15000 maravedíes a la Real Hacienda. Pese a  la oposición de la ciudad de Segovia, en 1674 la Corona confirmaría  su condición. En 1833 la localidad fue incorporada a la provincia de Madrid.

Durante la Guerra Civil Navalagamella fue prácticamente destruida, y tras la finalización del conflicto fue quedó fue incluida en los planes de reconstrucción de la Dirección General de Regiones Devastas. En la actualidad se conservan en el municipio numerosos ejemplos de arquitectura militar, entre los que destaca el Campamento Militar «La Peña», único en su tipo, y que próximamente obtendrá la calificación de Bien de Interés Cultural por la Comunidad de Madrid.

Personajes ilustres

García Sánchez de Bañares

Hijo de Diego Sánchez y de María López, en 1554, y acompañado por su sirviente Juan de Benavente, se embarcó hacia América en busca de fortuna. Parece que consiguió alcanzar una posición importante, ya que, en 1594, año de su muerte en las Minas de Pachuca, dejó una fortuna valorada en 2800 pesos que fueron utilizados para repatriar su cuerpo a Navalagamella, en donde, de acuerdo con su última voluntad, debía fundarse una capellanía y levantarse un altar.

Juan Martínez de Montoya, fundador de Santa Fe y gobernador de Nuevo México

Nacido en Navalagamella el 11 de enero de 1561, destacó en las exploraciones realizadas por Juan de Oñate en el actual sur de los Estados Unidos de América, y es considerado uno de los fundadores de la ciudad de Santa Fe, en el estado de Nuevo México. De clase hidalga, en 1599 alcanzó el rango de alférez, y el año siguiente el de capitán. Ese mismo año emprendió una exploración hacia el Valle de San Bartolomé para hacer frente a la tribu de los Acoma, fundando durante el trayecto las poblaciones de Santa Fe y de San Gabriel, siendo nombrado alcalde de esta última. Posteriormente, García de Montoya sería nombrado gobernador.

Juan y Miguel Álvarez, boticarios reales

Naturales de Navalagamella, los hermanos Álvarez ejercieron como boticarios reales hasta la creación de la Real Botica del Monasterio de El Escorial en 1573, momento a partir del cual sería gestionada directamente por los frailes  erónimos. En 1563, Juan Álvarez fue llamado por el primer prior del Monasterio, y junto a su hermano Miguel, abrieron una botica en El Escorial para dar servicio a los religiosos y trabajadores del Real Sitio. En 1573, en su papel de boticario real, Juan recibe órdenes del propio Felipe II de dispensar medicamentos a todos aquellos trabajadores que así lo pidiesen. Su hermano Miguel ocupó el cargo de boticario del Monasterio hasta 1573, pasando a partir de esa fecha a depender de Fray Francisco de Bonilla. En 1588, Miguel sustituyó a su hermano Juan como boticario de la villa de El Escorial, puesto que ocuparía hasta su muerte en 1597.

Gabriel Araceli

En el primer ciclo de los Episodios Nacionales del célebre escritor canario Benito Pérez- Galdós, concretamente en su novela titulada 19 de marzo y el 2 de mayo, su protagonista, Gabriel Araceli, afirma que su patrona procede de Navalagamella, villa de la cual venían “mozos grandes como castillos” para defender la ciudad de Madrid de las tropas napoleónicas durante la Guerra de la Independencia de comienzos del siglo XIX.

Turismo Navalagamella